Casi todo el gofio que se consume en el Archipiélago proviene del extranjero

21/04/2013

El trigo y el millo que se utiliza para elaborar la harina tostada típica de Canarias llega desde Canadá, Argentina o Francia

Ya los aborígenes canarios lo elaboraban a base de trigo, cebada y millo. Es el desayuno esencial en la dieta del isleño y su nombre se asocia a Canarias por todo el mundo. Sin embargo, el gofio, tan antiguo como el propio Archipiélago, ya no es autóctono. Un año después de obtener el sello de garantía nacional bajo la figura de Indiación Geográfica Protegida Gofio Canario, casi todo el cereal tostado que se consume en las Islas proviene, paradójicamente, del extranjero. Ahora, el canario coge fuerzas por la mañana, llena la barriga a la noche y disfruta de una buena pella de trigo y millo de Canadá, Argentina, Alemania o Francia. Los agricultores hacen una llamada desesperada a "diferenciar el producto para que la gente pueda elegir". Producto patriota donde los haya, el gofio canario está muriendo.

Canarias consume una media de 3.000 toneladas de gofio al año, lo que supone más de medio kilo de harina tostada por cada isleño cada 12 meses. A pesar de la gran demanda, los pocos molinos del Archipiélago que siguen funcionando elaboran esta mezcla de cereales con trigo y millo de fuera. En la actualidad, lo único que sigue siendo canario es su transformación. Para asegurarse de que el gofio que se consume es de la tierra, hay que llevar personalmente "los propios cereales cosechados en fincas canarias a los molinos", asegura el nuevo presidente de la Asociación Cereales de Tenerife (Acete), Andrés de Souza.

El nivel de autoabastecimiento de cereales en el Archipiélago es por tanto, mínimo. Los índices, que se sitúan en torno al 3% o 4%, evidencian que las privilegiadas condiciones del invernadero canario no se están aprovechando. ¿Dónde está el problema? Los agricultores destacan que las condiciones existen, pero no hay apoyo de las administraciones ni de sectores como la hostelería y el turismo. "La defensa de nuestros productos es una de las peleas que mantenemos desde hace años", afirma el presidente de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Mario Escuela.

"El gofio que consumimos en el Archipiélago no solo proviene del exterior, sino que a menudo es viejo, mientras que en las Islas contamos con muy buena calidad", destaca el agricultor. El sector defiende que su gran salida está en el autoconsumo. "Nuestra capacidad productiva no nos permite competir en el exterior, pero si podemos abastecer gran parte de la demanda interna", apunta Escuela.

"Los canarios somos grandes consumidores de gofio y a los turistas también les interesan los productos autóctonos, demanda no falta, pero ni las administraciones, ni la hostelería ni el turismo nos ayudan a colocar nuestros cultivos", destaca el dirigente de UPA. Para poder lograrlo, el sector primario reclama la diferenciación de sus productos. "Falta información, la gente no sabe de dónde viene el cereal o el tomate que compra, ni la calidad que tiene", critica este agricultor norteño.

No obstante, los empresarios agrícolas reconocen que el sector anda de capa caída. "Cuesta producir mucho más que hace unos años y sin embargo, tenemos que mantener los mismos precios e incluso bajarlos", señala el presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag), Rafael Hernández. El empresario sostiene que la subida de los costes y la disminución de la ventas "está mermando las salidas del sector".

Los agricultores aseguran también que la suya no es una profesión con la que hacerse rico, pero sí vivir "dignamente". "Lo que ocurre es que la cultura del esfuerzo no impera hoy en día, la gente valora el éxito fácil y eso no está ligando con el sector", afirma Hernández.
Pero con un cambio de visión y las ayudas correspondientes, el futuro del campo canario puede cambiar. "Desde el Gobierno no se ha hecho una planificación agrícola. Nos tienen engañados con que aquí solo se cultivan cuatro papas, cuando tenemos muchísimas más posibilidades, entre ellas, la siembra del cereal y sobre todo del gofio", sentencia Escuela.

Cuestión de abandono y precios
No les queda otra. En la mayoría de los casos, los molineros canarios no tienen otra opción que recurrir al cereal exportado. La competitividad de los precios y el abandono del cultivo, les obliga a optar por el trigo y el millo procedente del extranjero para su transformación en el gofio autóctono de las Islas. "Cada vez hay menos gente que siembra cereal en el Archipiélago y el consumo de gofio es tan grande que no podemos dar a basto", reconoce el gerente del centenario molino de gofio La Molineta, José Luis García.

El empresario explica que el 90% de las semillas que trabaja proviene de la península. "Hace 40 años nuestro molino se autoabastecía con el cereal de la zona de La Laguna y Tacoronte, pero ahora es imposible, es un cultivo que está totalmente abandonado", señala García. No obstante, La Molineta intenta recuperar el gofio 100% canario. "Estamos trabajando con el Cabildo para volver a plantar las medianías de donde se podría extraer un cereal de grandísima calidad", añade.

El relevo general tampoco les ayuda. "Nuestro negocio tienen a desaparecer porque ya los jóvenes no quieren dedicarse a ello", asegura el empresario. Además, la crisis, con el cierre de muchas empresas de alimentación y la ausencia de innovación, les perjudica. "Es mentira eso de que con la crisis el canario coma más gofio", aclara con humor García.

Eduardo Afonso, propietario del molino de gofio de El Sauzal, expone otro argumento para la compra del cereal extranjero: los precios. "Tanto los supermercados como la población quieren precios bajos y con las semillas de aquí no podemos entrar en esa competencia, el millo exterior viene en millones de kilos y se le puede sacar buenos precios", explica el empresario.

El cereal que trabaja este molino norteño también procede, en su mayoría, de la península. "Hemos sufrido una sequía muy importante en los últimos 40 años en el Archipiélago y cada vez hay menos grano canario", destaca Afonso.

Los molineros reconocen que una de las grandes trabas está en el apoyo. "El Gobierno debería dar más ayudas para diferenciar el producto canario, tanto en las cadenas alimentarias, como para la población", critica el propietario del molino de El Sauzal. "La caída ha sido tremenda y sin la ayuda de las administraciones será imposible remontar", añade el gerente de La Molineta. Y aún así, el autoabastecimiento del gofio tardaría muchos años en llegar. "Para poder trabajar con cereal 100% de canarias tendríamos que esforzarnos en ello años y años", sentencia García.

Foto: molino de La Orotava


Fuente: laopiniondetenerife.es (ELENA HERNÁNDEZ)