El actual edificio se asienta sobre el solar que ocupó la Casa Franchy, una construcción de gran trascendencia auspiciada tras la conquista europea por esta familia de origen italiano. En sus jardines se alzaba un célebre drago admirado por estudiosos a lo largo de siglos, destruido por un huracán en 1867. De nuevo en 1905 otra tragedia hace desaparecer la vivienda, en este caso un pavoroso incendio, por lo que fue necesario encargar un nuevo proyecto residencial. La traza del edificio se debió al arquitecto Mariano Estanga que solucionó la propuesta combinando elementos extraídos del repertorio clásico y del clasicismo romántico. Este eclecticismo queda patente en otros edificios de este arquitecto de la misma cronología, algunos de ellos en la Villa de La Orotava. Frente a la casa se conserva la ermita de Nuestra Señora del Carmen, originada en el siglo XVI aunque con posteriores transformaciones.
