El Ayuntamiento de La Orotava renueva desde 1705 su voto a la Virgen de Candelaria como protectora del municipio

1/02/2017

El próximo 2 de febrero se celebra la festividad de Nuestra Señora de la Candelaria, y además de los distintos actos religiosos programados por tal efeméride, el Ayuntamiento cumplirá como cada año, en esta fecha, y desde 1705, la renovación de su voto en nombre de todo el pueblo, por la protección de la Virgen de los terremotos acontecidos entre 1704 y 1705 provocados por el volcán de Güímar y que asolaron la comarca.

Desde aquella época la imagen de la Iglesia de La Concepción es la protectora e intercesora de la Villa; así lo acordó la institución local y también el compromiso de asistir a la celebración que se realizara cada año por la festividad en el templo.

Así, en la citada parroquia se celebrará este jueves día 2, a las 11:30 horas, una solemne Eucaristía en acción de gracias por la perpetua protección al pueblo de La Orotava. Y en el transcurso de la misa, además de proceder a la renovación del voto del Ayuntamiento, se realizarán la bendición de las candelas, la presentación de los niños a la Virgen y peticiones por las necesidades de la Villa, Al concluir la celebración eucarística, tendrá lugar la tradicional procesión de la venerada imagen de la Santísima Virgen de Candelaria, con el recorrido de costumbre, acompañada por el clero de la Villa, hermandades y cofradías, autoridades municipales, banda de la Agrupación Musical Orotava y fieles.

También es un dato significativo que este año se conmemora el 225 aniversario del nacimiento de Fernando Estévez de Salas (1788-1854), quien esculpió esta magnífica imagen de la Virgen de Candelaria, y a la par, desde su cargo público, se encargó siempre de impulsar su culto a esta advocación en el municipio recordando el voto adquirido.

Recordar que la imagen primitiva, cuando ocurrieron los terremotos y se formalizó la promesa, fue sustituida por la actual imagen que puede contemplarse en la hornacina central de la capilla lateral. Esta obra de Fernando Estévez, es el primero de los tres trabajos que realizó bajo esta iconografía, datada de las primeras décadas del siglo XIX y que muestra un sereno ideal de belleza clasicista. Aunque el Niño Jesús que porta en sus brazos no responde a este autor.