7. Escultura Homenaje al Alfombrista

Tras la empinada cuesta, te proponemos un respiro junto a la escultura de Homenaje al Alfombrista, un espacio de fotografía habitual del visitante a La Orotava.

El monumento, de 1997, muestra a un alfombrista colocando pétalos de flores. La alfombra en la que trabaja representa al boceto de la primera, la que instauró la tradición, cuyo original se guarda en la casa Monteverde.

La apariencia actual de esta plaza es del siglo XIX. Con anterioridad fue también conocida como Plaza del Teatro o Plaza de las Monjas. Si desde aquí, orientados hacia la iglesia, miramos a nuestra izquierda encontraremos el edificio de Correos. Toda la manzana en la que se encuentra este edificio fue el antiguo convento de San Nicolás, habitado por las catalinas, bajo la obediencia de los padres dominicos. El convento, de finales del siglo XVII, fue remodelado en distintas ocasiones debido a frecuentes incendios. Tras la Desamortización tuvo distintos usos. Durante un tiempo, la antigua iglesia del convento albergó el primer teatro de La Villa, el antiguo teatro Power y posteriormente un mercado. El claustro fue utilizado ocasionalmente como plaza de toros. Sobre el solar de la iglesia se construyó el actual edificio de Correos y Telégrafos.

Cerca de la escultura, en el número 2 de la plaza, verás la Casa Machado. En los antiguos jardines de esta casa se encontraba la choza en la que murió el Obispo Vicuña Zuazo, que viajó hasta la Orotava durante los temblores de tierra generados por la erupción del volcán de Güímar a comienzos del siglo XVIII.

En aquella época era costumbre que los obispos pasaran ciertas temporadas fuera de la Diócesis, visitando los pueblos para recaudar fondos y atender las necesidades parroquiales. El viaje desde La Laguna a La Orotava suponía tres días de camino que el obispo recorrió con un pequeño séquito. Cuando inició su viaje, los temblores de tierra no habían concluido y su salud era precaria. El temor a morir aplastado se acrecentó al llegar a un templo casi derruido, así que tomó la determinación de instalarse en una choza próxima a La Concepción. Sin embargo las condiciones de la choza acentuaron sus achaques y su salud se deterioró hasta morir en ella a las pocas semanas.

Continuemos ahora hacia arriba por el lateral izquierdo de esta plaza hasta dar con la plaza Casañas frente a la fachada de la iglesia de la Concepción.