10. Antiguo colegio jesuita

Este es uno de los espacios con más historia de La Orotava. La actual edificación es de estilo clasicista de mediados del siglo XIX. El inmueble anterior fue el colegio San Luis Gonzaga de los jesuitas en el siglo XVIII.

La orden jesuita fue una de las de mayor poder y relevancia en España hasta su expulsión en 1767. La principal seña de identidad de la orden era su carácter educativo e intelectual. Este colegio dio numerosos quebraderos de cabeza a los jesuitas: primero por problemas arquitectónicos en su construcción, luego por el escaso apoyo local a su mantenimiento y finalmente por carecer del número suficiente de religiosos para atenderlo.

No habían pasado ni 2 años desde la apertura del colegio cuando tuvieron que cerrarlo por falta de fondos, quedando a su cuidado dos jesuitas durante los siguientes años. La casualidad quiso que tras un incendio en el convento de las catalinas, frente a La Concepción, las 40 monjas que lo habitaban se trasladasen provisionalmente a una vivienda particular próxima al colegio.

Desde la cocina de esta vivienda las monjas veían el amplio y nada usado colegio con envidia. Desesperadas por el retraso en la reconstrucción de su convento, un buen día decidieron asaltar el colegio provistas de cirios y alzando un crucifijo. Cuando uno de los dos jesuitas abrió la puerta, las monjas invadieron inmediatamente el recinto. Los jesuitas trataron de resistirse, y los ánimos se fueron caldeando mientras las monjas reclamaban las llaves para su instalación definitiva. En la discusión estuvieron a punto de agredir al padre rector mientras una de las monjas le espetaba: “Padre, esta es mucha jaula para tan pocos pájaros”. Mientras un grupo de monjas negociaba con los jesuitas, las otras iban trasladando ollas y calderos para el almuerzo.

Finalmente los jesuitas se vieron obligados a abandonar el colegio y permanecer, durante un año y medio, en una vivienda particular. Las desgracias no acabarían ahí. En 1767 la orden fue expulsada de España al ser acusada de haber favorecido motines contra el rey Carlos III y fueron desprovistos de todas sus posesiones. Este edificio fue utilizado como ayuntamiento y calabozo hasta el incendio que lo destruyó a mediados del siglo XIX. Tras este incendio se construyó la actual edificación, que a finales del siglo XIX, en los albores del turismo, se convirtió en primer hotel de la Orotava, el Hotel Hespérides.

Aún hay una última historia ligada a este edificio sucedida durante las fiestas del Corpus de 1936. El día de la procesión de las alfombras, el por entonces Comandante Militar de Canarias, Francisco Franco, visitó la Villa con intención de presenciar el evento religioso más emblemático de La Orotava.

Tras ser agasajado por las autoridades locales, recorrió el itinerario de las alfombras hasta llegar a esta casa, invitado por su propietario, el General Lorenzo Machado. Fue entonces cuando un individuo apostado calle arriba se dispuso a dispararle. En el momento de sacar el arma, un policía municipal que actuaba como escolta se percató del movimiento. El francotirador vio a su vez el gesto del policía de llevarse la mano a la pistola y renunció a disparar escabulléndose entre la gente. Jamás se supo la identidad del atacante ni ningún otro detalle sobre este hecho, que pudo haber cambiado la historia de España. Solo un mes más tarde, Franco protagonizó el golpe de estado que desencadenó en la cruenta Guerra Civil a la que sucedieron casi cuatro décadas del régimen franquista.

Continuemos por el callejón de Rodapalla. El edificio que ves al fondo es el ayuntamiento. A su derecha verás un jardín rodeado por una verja de hierro forjado. Es la hijuela del Jardín Botánico. Recorre su perímetro hasta encontrar la puerta de entrada, que se encuentra en el lado opuesto.