El edificio fue construido a finales del siglo XVIII como residencia familiar de María del Carmen de Lugo Viña y Molina. Su exterior evidencia la racionalidad con que fueron desarrolladas muchas viviendas de similar cronología, haciendo un discreto uso de la cantería para el recercado de huecos y la portada principal. Ésta es el elemento más característico del conjunto, ya que enmarca en ambos pisos los vanos de configuración adintelada y rematado en su parte superior con un sencillo frontón triangular. El espacio interior se organiza en torno al patio central, donde surgen las distintas dependencias de la vivienda. Destaca el tratamiento de las maderas en las galerías y en los pies derechos. En la actualidad es de titularidad municipal y cumple un uso de oficinas para la administración.