Edificio construido en la primera mitad del siglo XVII por el mercader holandés Jean Pierres. Su fachada hacia la calle San Juan evidencia la antigüedad de su conjunto, sobre todo en lo que respecta a la distribución poco uniforme de sus huecos. A medida que va descendiendo el desnivel de la calle el edificio gana en altura, dimensiones que mantiene en su fachada de la calle Cantillo. Sin duda el elemento más característico del conjunto es su esquinera de cantería, un recurso heredado de la arquitectura renacentista española. A diferencia de otros casos, ésta se sitúa en un piso más bajo, configurándose por medio de una columna de orden toscano y cerrado con una ventana acristalada de colores.
